La multinacional McDonalds ha renovado su embalaje para que comience a circular a partir de inicios de 2016. La linea es colorista y llamativa. Se basa en el juego con las letras de su nombre comercial, realizando rupturas para jugar con conceptos. Así, en los vasos y algunas de sus bolsas hacen destacar las grafías O y N del nombre McDonalds, para que destaque como palabra ON, y vincular a la marca con los conceptos positivos que el vocablo inglés ON tiene. Las grafías son limpias y claras y permiten su descifrado y reconocimiento en la distancia.
Resaltan también los aros dorados que definen su imagen de marca, para asociarlo con los otros conceptos subyacentes. Aunque se nota un esfuerzo por acercarse al minimalismo, todavía en la marca siguen pesando demasiado las líneas complejas y la acumulación de objetivos.
Lo que sí es cierto es que han buscado la efectividad publicitaria, la practicidad de los envases y su sostenibilidad, en ese camino iniciado hace años y que no termina de culminar la multinacional de servir un 100% de envases a base de materiales reciclados. Ahora su meta la sitúan en 2020.
El objetivo de la marca de comida rápida es la hacer más consistentes sus tiendas a través del concepto Drive-thru (comida recogida), los quioscos de pedido y la nueva aplicación móvil.
Este es el primer rediseño importante desde 2013 y supone un pequeño avance que la compañía americana deberá consolidar si no quiere dejarse comer el terreno con otras franquicias, como KFC, sin ir más lejos.